Lo primero que hay que tener en cuenta es que la finalidad primera de la
identificación no es etiquetar al niño sobredotado, sino conocer sus
potencialidades para poder ofrecerle más y mejores oportunidades para
desarrollarlas, es decir, dar una respuesta adecuada y a tiempo a sus necesidades.
La identificación del alumnado con altas capacidades tiene dos
fases: la detección o Screening y la identificación
propiamente dicha. Por un lado, la finalidad del Screening es detectar a
aquellos alumnos con posibilidades de ser reconocidos como sobredotados. La
información que se recibe de los profesores, de los padres, de los compañeros y
del propio alumno resultan útiles para la detección. Aquella que nos aportan
los padres es muy valiosa y útil, pues algunos de los datos que podemos obtener
de ellos no los podemos obtener de ninguna otra fuente, como puede ser aquella
información referida al desarrollo evolutivo del niño, la adquisición de los
primeros aprendizajes, el desarrollo del lenguaje, aquellas situaciones en las
que el niño se encuentra a gusto o las relaciones que establece con otros
miembros de la familia.
Por otro lado, la identificación se realizará a través de medidas
informales, como nominaciones de maestros, padres o compañeros, observaciones o
cuestionarios; y medidas formales, como pruebas y test individuales, aunque
estas últimas, entre las que encontramos pruebas de inteligencia, de
creatividad y de nivel académico, entre otras, no les corresponden al maestro,
sino que las han de realizar psicólogos. Consideramos necesario remarcar que
las pruebas que miden el C.I. solo son orientativas y junto con las
observaciones, entrevistas y cuestionarios permiten identificar la
sobredotación, es decir, que por sí solas no son suficientes para determinar si
un alumno es sobredotado. Aunque los estereotipos que tienen los profesores y
los padres acerca de los niños sobredotados pueden dificultar esta detección e
identificación.
Algunos de los cuestionarios que pueden cumplimentar los maestros, con
la ayuda del especialista del centro son (Martínez Torres & Guirado Serrat,
2010):
- EDAC, que evalúa capacidades cognitivas, el pensamiento divergente, las características motivacionales y de personalidad, y el liderazgo. Para alumnos de 3º a 6º de primaria.
- Escalas de Renzulli (SCRBSS), que consta de 10 escalas para obtener información sobre aprendizaje, motivación, creatividad, liderazgo, arte, música, dotes teatrales, comunicación y planificación. Pueden utilizarse para alumnos de Primaria y ESO.
- Protocolos para la detección del alumnado con altas capacidades intelectuales en educación infantil y primaria. En esta propuesta de la Generalitat Valenciana (Arocas y otros, 2002) hay cuestionarios para el profesorado y la familia. El que va dirigido al profesorado explora cuatro áreas: capacidad de aprendizaje, creatividad, competencia social y comunicación.
- Escala de observación para profesorado (EOPRO) y escala de observación para padres y madres (EOPAM) que han sido adaptadas por la Comunidad de Canarias (Jiménez y Artiles, 2005) de las que utiliza Prieto (Prieto y Hervás, 2000). Las áreas que exploran son: lenguaje, aprendizaje, psicomotricidad, motivación, personalidad y creatividad. Se pueden aplicar a alumnos y alumnas de educación infantil y primaria.
En los siguientes enlaces podemos ver ejemplos de cuestionarios para
detectar a los niños sobredotados según la edad extraídos del libro de Luz
Pérez y Carmen López Hijos inteligentes, ¿educación diferente?:
Por lo tanto, la identificación es el proceso que permite determinar qué
alumnos poseen sobredotación y supone un primer paso importante para poder
atender a sus necesidades educativas de apoyo específico y, sobre todo, dar una
respuesta temprana para atenderlas a tiempo.
Como ya hemos dicho con anterioridad, los niños sobredotados forman un
grupo heterogéneo en el que cada uno presenta unas características, unos rasgos
y unas necesidades determinadas. Es por esta razón por la que, a la hora de
identificar a estos niños, no podemos buscar a aquellos que presenten un perfil
determinado, caracterizado por unas características determinadas, como por
ejemplo el buen rendimiento escolar, pues hay casos de sobredotación oculta que
puede que el profesor no sea capaz de identificarlos por falta de formación e
información. Es precisamente por esta razón por la que muchos de estos niños no
son identificados a tiempo, justamente aquellos que no presentan las
características, comportamientos o actitudes estereotipadas. A continuación
describimos los siete perfiles en los que se incluyen los diferentes tipos de
niños sobredotados (Castro Barbero, 2005):
PERFIL 1: El niño exitoso o alumno sobredotado con rendimiento
satisfactorio. Los niños que se incluyen en
este perfil son los que son identificados con más facilidad por parte de los
profesores, pues son los que presentan un rendimiento escolar muy alto y
obtienen buenas puntuaciones en los test de inteligencia. Tienen un autoconcepto
positivo, su integración en el grupo de iguales es buena y no
presenta disincronías en el desarrollo de las distintas áreas.
PERFIL 2: El niño sobredotado desafiante o creativo. Estos niños, también llamados divergentes, a diferencia de los
anteriores no son fáciles de identificar por el maestro si este no dispone de
una correcta formación para este fin. Se trata de alumnos con un alto nivel
de creatividad pero que a menudo cuestionan la autoridad del maestro y se
muestran desafiantes. Pueden saltarse las normas establecidas por la
escuela o la familia, pues a veces no están conformes con el sistema. Mientras
que algunos se integran en su grupo de iguales, hay otros a los que su
actitud desafiante hacia sus compañeros afecta a las relaciones con estos.
Asimismo, también pueden tener un autoconcepto negativo.
PERFIL 3: El alumno sobredotado que pasa desapercibido. En este grupo se incluyen especialmente las niñas, lo que no quiere
decir que no se encuentren niños. En el caso se las primeras, a medida que van
creciendo tienden a ocultar sus altas capacidades y a rendir menos con
el fin de agradar a los demás y no ser vistas como raras, es decir, para evitar
el rechazo social. Tanto las niñas como los niños sobredotados que se inscriben
dentro de este perfil se suelen sentir inseguros.
PERFIL 4: El niño sobredotado que tiene bajo rendimiento escolar. Aunque parezca contradictorio, hay niños sobredotados que, a pesar del
excepcional potencial que poseen y sin presentar déficits asociados, tienen bajo
rendimiento en la escuela, lo que hace que la sobredotación de estos
alumnos pase desapercibida. Este se puede deber a que la actitud que
presentan hacia el aprendizaje es negativa por el hecho de que
sus intereses no se encuentren incluidos en el ámbito escolar.
PERFIL 5: El niño doblemente etiquetado o niño sobredotado con déficits
específicos asociados. Bajo este perfil se sitúan
aquellos niños que además de ser sobredotados también tienen asociada alguna
discapacidad lo que obstaculiza su identificación. En los últimos años se
han incluido en este perfil alumnos sobredotados con TDAH asociado y alumnos
sobredotados con Síndrome de Asperger. Algunas de los rasgos que pueden
presentar estos alumnos son: frustración, baja autoestima, incapacidad para
afrontar las tareas que se proponen, aislamiento, problemas en la lectura y la
escritura, poca comunicación y un bajo nivel madurativo en algunas áreas.
PERFIL 6: El niño sobredotado que aprende de manera autónoma. Estos niños, al igual que los primeros que hemos explicado, muestran un rendimiento
escolar eficaz y tienen un autoconcepto positivo. Además, tienen una
personalidad muy fuerte y son muy independientes. Son niños que se
integran en el grupo de compañeros e incluso a veces desarrollan el papel
de líderes.
PERFIL 7: El niño sobredotado culturalmente diferente. Estos niños también son difíciles de detectar pues, además de que pueden
existir expectativas estereotipadas sobre estos alumnos pertenecientes a
otras culturas, también suelen ser poco comunicativos (algo que se puede
deber al desconocimiento del idioma).
Hemos podido ver lo importante que es la identificación temprana de
estos alumnos, así como la necesidad de una buena formación del profesorado,
que le proporcione la información necesaria sobre las características que
pueden presentar estos alumnos y así ser capaz de identificarlos.